
Hace más o menos año y medio (31/10/2006), se jugó el partido de Champions League entre el Barça y el Chelsea en el Camp Nou. Como todos sabemos, el entrenador del equipo inglés, el portugués Mourinho, era el enemigo número uno de los barcelonistas. El tema no era nuevo, pero tras ese partido quizás se consolidó esa mala reputación del luso entre los culés. De hecho, al día siguiente del partido, el diario Sport publicaba este "artículo" firmado por Lluís Mascaró:
"Mourinho no puede ser tan mala persona como parece. Cuando llegó al Barça hace diez años, para hacer de traductor de Robson, era un joven aprendiz tímido y precavido. Aquel pseudotécnico se ha convertido hoy en el entrenador mejor pagado del mundo y en el más odiado por todos los culés. Ha cultivado, desde su llegada al Chelsea, una imagen arrogante y una pose chulesca. Y le ha puesto tanto teatro que al final nos hemos dado cuenta de que todo es fachada. Se escuda en la prepotencia para poder soportar la presión que significa tener que gestionar una plantilla de 600 millones de euros con la que está obligado a ganar la Champions. En definitiva, ‘Mou’ sólo huye de sus miedos... Rijkaard tiene sangre en las venas. Y, como cualquier ser humano, pierde los nervios ante las injusticias. Temíamos que nuestro técnico fuera de horchata. Pero no. Al acabar la batalla ante el Chelsea saltó al campo para clamar al árbitro por haber permitido tanta violencia por parte de los ingleses. No es que aplaudamos su reacción, aunque nos gusta comprobar que el entrenador del Barça mantiene el carácter de cuando era jugador y no dudaba en enfrentarse a cualquier rival".
Como podemos comprobar, el señor Mascaró no sólo pone en duda la calidad humana de Mourinho, sino que además lo tilda de "chulo", "arrogante", "cobarde", "pseudotécnico", y hasta deja caer que su equipo sólo juega a dar patadas.
Pues bien, transcurrido ese tiempo, ahora parece ser que los rumores sitúan a Mourinho como nuevo entrenador del Barça en sustitución de Rijkaard. Y el señor Mascaró nos deleita en la edición de Sport de hoy (26/1/2008) con el siguiente "artículo":
"Y ese nuevo proyecto pasaría por Mourinho. Un técnico que, en principio, no entraba en los planes estratégicos de Laporta, pero que ha ido ganando fuerza a medida que algunas encuestas –oficiales y extraoficiales– le han colocado como uno de los favoritos de los socios y aficionados. Se cree que, después de tantos años de autogestión, el vestuario necesita la mano dura y el protagonismo de un entrenador ganador como el portugués. Un técnico que, por cierto, en el Chelsea no hizo tan mal fútbol como siempre se ha dicho".
De momento sólo es un rumor, pero el señor Mascaró ya está preparando el terreno por si acaso; de la "chulería" de Mourinho y de "pseudotécnico", pasa a "entrenador ganador", y las patadas que daba el Chelsea ahora se convierten en un "el Chelsea no hizo tan mal fútbol". Hay que ver cómo cambian las cosas en sólo año y medio...
El caso no es nuevo ni privativo de los aficionados o prensa afines al Barça. Hace más o menos 20 años pasó algo muy parecido en el Real Madrid con el baloncestista croata, ya fallecido, Drazen Petrovic. De ser prácticamente el gran Satán pasó a ser la referencia del madridismo, y todos se vanagloriaban de poder contar con un jugador como él en su equipo. La conclusión para mí está clara: no se puede ser tan bocazas, porque un día odias a alguien y mañana estás bebiendo los vientos por él. Pero el borreguismo puede más que cualquier pensamiento racional y lógico.
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